Latas abiertas en la nevera: una práctica nada aconsejable

Latas abiertas en la nevera

Cuando abrimos una lata de conservas,como las que pueden encontrar en nuestro catálogo, muchas veces, usamos solo una parte del alimento que contiene. El resto se suele guardar en el frigorífico para más adelante. En algunas ocasiones, porque pensamos que lo vamos a necesitar enseguida o por simple desidia, dejamos la latas abiertas en la nevera junto con el resto de alimentos, lo que en realidad, es poco aconsejable. Veamos por qué.

Resistentes a la oxidación, mientras está bien cerrada

Las latas son uno de esos inventos que han conseguido mejorar la vida de las personas. Su principal logro es ayudar a conservar la comida durante mucho más tiempo. Estos recipientes metálicos suelen ser de materiales resistentes a la oxidación, como aluminio y acero laminado. De esta forma, si está en buen estado, se garantiza que el alimento de su interior se encontrará en buen estado cuando queramos consumirlo.

Uno de los secretos que hacen que esto sea posible es que son recipientes herméticos, sellados al vacío tras someter el alimento a un proceso térmico que destruye los microorganismos e inactiva las enzimas. Una vez hecho esto, cuando el alimento se enfría, se forma un vacío que impide la entrada. Por tanto, mientras esté cerrado, todo estará bien. El problema lo encontraremos cuando la lata deje de estar herméticamente cerrada. Y en ese escenario, el óxido, los hongos y las bacterias aparecen. Aunque es difícil que se ponga en riesgo la seguridad alimentaria, si va a estar solo unas horas abierta, lo cierto es que pueden darse algunas consecuencias desagradables. Uno de ellos, es que algunos de los metales, enrareciendo su sabor. La causa es que el contacto de los alimentos con el oxígeno puede provocar oxidaciones en el metal.

Otro de los motivos por los que no es aconsejable dejar latas abiertas en la nevera es la aparición de bacterias, hongos o, incluso, algún bicho. Esto no solo echará a perder el alimento, sino que puede generar riesgos más graves, como el botulismo, sobre todo en alimentos con una bajo nivel de acidez. Cuando esta enfermedad se transmite por los alimentos, los síntomas comienzan a aparecer en un plazo de entre 12 y 36 horas después de haberlos ingeridos. Entre ellos, se incluyen dificultad para tragar o hablar, boca seca, debilidad facial en ambos lados de la cara, visión borrosa o doble, párpados caídos, dificultad para respirar, náuseas, vómitos y calambres abdominales y parálisis.

Una cuenta atrás

Si la lata se mantiene bien cerrada y en correcto estado de conservación, los alimentos que se encuentran en su interior tendrán una vida útil larga, incluso de varios años. Eso sí, siempre que se cumplan algunos requisitos como que esté guardado en un lugar fresco y seco. Pero cuando la lata se abre, los alimentos de su interior se convertirán en perecederos y comenzará una cuenta atrás inexorable hasta dejar de ser comestibles.

Por ello, si preveemos que no vamos a utilizar lo que ha sobrado enseguida, es mejor tomar algunas precauciones. La mejor: utilizar un recipiente adecuado en que guardarlo, como un en un tupper o en un frasco de vidrio. Incluso, será mucho mejor si se hace con su líquido original, ya que de esta manera la conservación y el sabor serán mejores. En cambio, si lo vamos a dejar solo unas pocas horas, bastará con cubrir la tapa con algún material adecuado, como film transparente.
Si en tu negocio o en casa tienes alguna lata de conserva del catálogo de Frioal, puedes estar seguro de que su contenido es de primera calidad. Y para que siga siéndolo, nada mejor que seguir estos consejos tan sencillos, evitando que su corrupción y el desperdicio de alimentos.

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