La primavera es la estación de las romerías extremeñas, una tradición acompañada, siempre, del placer de comer.
Jamón, quesos, embutidos, parrilla carne, panceta, cordero, la comida es siempre protagonista de estas fechas en las que se comparte con la familia y los amigos. Tampoco deben faltar los filetes empanados, la tortilla de patatas y el pan en las cestas que alegran los días con buen tiempo, estemos en la Romería de Piedraescrita en Campanario, en la de Santo Domingo de Guzmán en Navas del Madroño o en la de la Virgen de los Hitos en Alcántara.
Llevamos dos años de fiestas populares canceladas por la pandemia. Al fin podremos volver a disfrutar de la tenca en escabeche en Cáceres, provincia que celebra 40 romerías, sin las limitaciones de las mascarillas. También podremos comernos un guiso de Fuente de Cantos mientras asistimos a la Romería de San Isidro sin las preocupaciones extremas de los contagios. Y de las romerías a las ferias y de las ferias a las carreras de caballo, no pueden faltar el Bombón o los conos de nata, fresa o turrón para que los más pequeños se refresquen de los ratos de juegos, las idas y venidas.
Una tierra con denominación de origen
Extremadura es sinónimo de calidad gastronómica. Esta tierra llena de recetas ancestrales cuenta con diez denominaciones de origen que pueden degustarse en muchos de los platos típicos de las romerías extremeñas. El cerdo ibérico, la ternera, el cabrito y el cordero pastan libres por la Dehesa y su andar por esta naturaleza mantiene el equilibrio ecológico. Este privilegiado entorno ha propiciado que el cordero sea un producto Denominación de Origen Protegida (DOP) desde 1995.
Durante las romerías se disfruta de un frite de cordero, también conocido como caldereta extremeña, con pimientos y tomates del Valle del Alagón. A un caldero de hierro, o de gas, para evitar incendios forestales, se le añaden cebolla, ajo, perejil, laurel, vino y el estelar pimentón de la Vera. Este plato es tan emblemático que cuenta con Concursos Tradicionales Gastronómicos en localidades como Zafra. Por otra parte, no podemos olvidar las croquetas de jamón ibérico, de bacalao o las exclusivas croquetas con Torta del Casar, un queso hecho con leche cruda de oveja que también es DOP.
El placer de comer en el campo, bares y restaurantes
Da igual en qué lugar decidas disfrutar de los manjares durante las romerías extremeñas, el placer de comer. Al finalizar la Semana Santa, la región se convierte en un peregrinar, la unión entre la devoción y la fe y el gusto por la buena mesa. Puedes encontrarte en la Romería de Tornavacas, en el florido Valle del Jerte, o degustando bollos dormidos en el histórico Trujillo. La comida en romerías puede vivirse y disfrutarse en jiras campestres o en bares y restaurantes.
Y es que hay una generación de cocineros que se han formado con chefs de reconocida trayectoria, pero que aprendieron las recetas tradicionales de sus madres y abuelas. Es el caso de Alejandro Fernández, quien prepara un cabrito a la royal en su restaurante Versátil, mezcla de lo aprendido con Martín Berasategui y la caldereta de cabrito de su madre. Otro ejemplo son los cinco bocatas de pan de cristal de Carmen Rodríguez Mendo, entre los que destaca el de solomillo ibérico, salsa de queso de cabra, cebolla frita y pimientos verdes fritos. Un plato que puede degustarse en La Terraza de Carmen.
Las romerías extremeñas van unida al placer de comer, y se disfruten al calor del fuego en el campo o en bares y restaurantes, tienen en el catálogo de Frioal los mejores productos de la región. La amplia y diversa oferta de Frioal provee a la hostelería, al comercio y a empresas de catering para que las romerías extremeñas cuenten con la calidad que merecen las tradiciones gastronómicas de esta gran región española.